El rumbo económico en Latinoamérica a finales de los años sesenta consistió en el modelo de sustitución de las importaciones, la apuesta por incentivar la exclusividad hacia importar insumos para mercancías destinadas a la exportación comenzó a darse en Colombia desde 1959 con la creación del Plan Vallejo, sin embargo la fuerte inestabilidad de la tasa de cambio, la falta de divisas y medidas de protección arancelaria por parte del estado hicieron que se hiciera inviable ese proceso.
El cambio administrativo de la nación en el año de 1966 con el ascenso al poder de Lleras Restrepo fue significativo, a partir de entonces se comenzaron a adoptar una serie de medidas en pro de favorecer la economía de las exportaciones.
La más significativa influencia sobre el escenario exportador que tuvo esta administración consistió en la formulación e implementación del decreto 444 de 1967, por medio del cual se tomaron medidas para eliminar la incertidumbre e inestabilidad generada en torno al comportamiento del dólar, y se crearon mecanismos y organismos de incentivo y subvención a las exportaciones, como lo fueron Proexpo, el Plan Vallejo Junior y los Certificados de Abono Tributario (CAT).
Mediante el decreto 444 de 1967 se creó el Fondo para la Promoción de las Exportaciones (Proexpo), como un establecimiento de crédito anexo al Banco de la República. Su objetivo era contribuir al incremento y diversificación de las exportaciones del país.
Proexpo fue creado como un fondo dotado de recursos propios, mediante el impuesto del 1.5 % sobre el valor CIF de las importaciones, con acceso a cupos de redescuento del Banco de la República, que ofrecía la oportunidad a los exportadores de acceder a líneas de crédito con tasas de interés nominales menores a las del mercado. Adicionalmente, Proexpo ejercía una labor de promoción no financiera a la actividad de comercio exterior, prestando asistencia técnica y ayuda financiera para solucionar problemas relacionados con la logística de las exportaciones en materia de transporte y comercialización, dado que este era el concepto logístico dominante en el mercado.
Aunque el Plan Vallejo ya existía desde 1959, fue en 1967 con el decreto 444 cuando se complemento la legislación para el óptimo funcionamiento de este, dándose el paso hacia el Plan Vallejo Junior, el cual tenía el objetivo fundamental de establecer medidas tendientes a reducir el desestimulo a las exportaciones, mediante mecanismos dirigidos a exonerar a los exportadores del pago de gravámenes e impuestos sobre las materias primas, insumos, bienes de capital y repuestos importados utilizados en la fabricación de productos destinados a la exportación o a servicios directamente relacionados con la actividad exportadora. De esta manera quedaba especificado de manera contractual que porcentaje de insumos estaban destinados a determinado porcentaje de sus ventas para así poder recibir su subvención tributaria.
Las modalidades que contenía el Plan Vallejo de 1967, se refería al compromiso de exportar el 100%, 70% y 1,5% de valor importado en bienes, así como las modalidades mediante las cuales se podían importar mercancías para exportar servicios.
Los cuales consistían en que al momento de reintegrar las divisas provenientes de exportaciones distintas del petróleo y sus derivados, cueros crudos de res y café, el Banco de la República hará entrega al exportador de “Certificados de Abono Tributario” en cuantía equivalente, en moneda legal colombiana, a un 15 % del valor total del reintegro. Dichos títulos serán recibidos a la par por las Oficinas Recaudadoras del Impuestos de Renta y Complementarios, cumplido un año a partir de la fecha de su emisión.
Las reformas políticas llevadas a cabo a finales de los años sesenta no solo se basaban en un completo estímulo hacia las exportaciones, sino que establecía un punto de partida hacia la apuesta por la Ciencia y la Tecnología con la creación de organismos, consejos y departamentos cuyo objetivo era la promoción de competitividad. Dentro de las decisiones más acertadas estuvieron las que permitieron la creación del Departamento Nacional de Planeación (DNP), el Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Fondo Colombiano de Investigaciones Científicas y Proyectos Especiales (Colciencias), este último el cual jugará un papel determinante en la innovación logística de la actualidad, además de la creación del ICFES y el ICETEX.